miércoles, 30 de mayo de 2012

Namor, el primer mutante #2


A pesar de los extraños proyectos a los que normalmente se le vincula, las ilustraciones de Ariel Olivetti son una verdadera gozada. Su estilo pictórico hiperrealista bien compensaba el argumento absurdo del primer tomo de esta serie, y vuelve a ser el principal aliciente de este segundo volumen incluso cuando su historia mejora sensiblemente. 

Lejos ya del terrible trasfondo vampírico con el que Marvel había castigado los primeros números del relanzamiento del príncipe de Atlantis en solitario, lo que plantea Stuart Moore aquí está mucho más cercano a la verdadera identidad del personaje submarino. 

En estos siete números de la serie original recopilados en el segundo tomo aparecen Loa, joven personaje de X-Men destinado a convivir desde ahora con las historias de Namor, el bizarro enfrentamiento del héroe con el infierno, simbolizado en el desierto, la renuncia eterna del príncipe al amor verdadero, e incluso invita de manera acertada a la función al Dr. Muerte recordando el pasado como villano del protagonista. 

La historia se desdibuja por momentos, tiene buenas ideas pero la escritura de Moore es dispersa y falta de fuerza. Pero lo peor del tomo son aquellos momentos en los que se suple a Olivetti con lamentables dibujantes de tercera, quizás auspiciados por el lento ritmo de trabajo del dibujante estrella y la condición de serie mensual del título. Es entonces cuando se evidencia que la historia no es lo suficientemente poderosa, que está tratada con desidia y el mal dibujo la hace casi insoportable. 

Sigue siendo un mal acercamiento el realizado por el guionista hacia un personaje único en el universo Marvel. La misma cabecera de la serie lo anuncia. La llegada de Loa, sin embargo, auspicia una nueva y larga vida al héroe submarino, que tal vez algún día vuelva a conquistar aquellas lejanas aguas de la excelencia que tanto merece. 


martes, 29 de mayo de 2012

Grandes páginas del cómic (II)


Hoy hablaremos del cómic Kane de Paul Grist, concretamente de la página 22 del segundo volumen de la edición española (ver página aquí). En esta página, Grist presenta mediante flashbacks al principal villano de la historia, Oscar Darke. En una misma página pasamos de un acto de bondad pura, como es regalar un ramo de flores a su madre, a la más repentina violencia.

Grist no necesita más que cuatro pequeñas viñetas estáticas para mostrarnos lo que sucede, y con ello el origen de las características cicatrices del personaje. Es en esa sencillez donde reside la grandeza de la página, pues a pesar de no ver directamente la acción sentimos el dolor de cada golpe al ver caer las hojas de las rosas que dejan al descubierto las espinas. Pasamos de una primera viñeta en la que vemos ese ramo como algo bello y que podría suponer la redención del personaje, a comprender el peligro que se oculta tras esa belleza y el origen de su personalidad.

Por suerte para el lector este no es el único hallazgo visual ni narrativo de este cómic, pues Paul Grist no se cansa de experimentar con las numerosas posibilidades que presenta el medio. Característica es su narración que intercala continuamente flashbacks con la acción presente, pero siempre de la manera más efectiva posible. También hay que destacar de esos flashbacks las estrechas viñetas en serie que ilustran una sola acción, dando la impresión de ser momentos encarcelados. También tiene siempre un hueco para jugar con las formas de la narración, como bien ilustran ese capítulo completamente mudo, o en el que se sigue una ronda de dos policías desde un único punto de vista. En resumidas cuentas, con Kane nos encontramos ante una obra a todas luces necesaria para todo amante del noveno arte.


Portadas chungas de la música clásica (5)


Espectacular la serie de portadas de Didier Poskin para el sello Fuga Libera con distintas obras para cello solista. Un alarde de originalidad y derroche de facultades. Levantando el instrumento a dos manos en clamorosa exhibición de fuerza sobrehumana. Sobre el disco, como de costumbre, no hay demasiado que objetar, pasables grabaciones de los conciertos con cello y orquesta de François Servais. "Fuerza portentosa y un físico envidiable, todo junto en una sola instantánea", debió pensar. 

"Voy un momento al baño"



"El edificio está en llamas, todos huyen despavoridos y seguramente los cimientos se derrumben en apenas unos segundos. Voy un momento al baño..."


En todo cómic de superhéroes puede encontrarse la célebre situación en la que el protagonista debe desvanecerse de manera sutil a la vista de sus compañeros para reaparecer convertido en el héroe que soluciona la situación de peligro en una intervención milagrosa. 

Las preguntas se censuran, las incoherencias argumentales se tapan, la lógica queda suspendida por un instante y el guionista hace un pacto silencioso con el lector para que éste le conceda esas décimas de segundo en las que nadie advierte la ausencia del protagonista y, al mismo tiempo, atribuye la llegada casual del héroe a un milagroso golpe de fortuna. 

Aquella fisura de la historia se parece mucho a otra con la que el cómic convive a diario, y no es otra que la transición entre viñetas, ese instante de tiempo inaprensible en el que nuestro inconsciente rellena el hueco que existe entre la secuencia de imágenes y la reconstrucción de la acción, algo que sólo ocurre a partir de nuestra propia voluntad como lectores. 

Quizás sean los efectos que mejor desvelan la manera en que el cómic se desarrolla a partir de la psique del lector. Todo ocurre en su cabeza, él define el ritmo de la acción, él dispara las armas, inventa los sonidos, configura los tiempos muertos, decide las voces de los personajes y rellena las elipsis que imponen las imágenes con su propia interpretación de lo acontecido. Creamos nuestras propias reglas al mismo tiempo que nos adentramos en el universo que se nos presenta. 

Se trata de un proceso en parte parecido al de la lectura tradicional, sólo que a un nivel muy diferente. La estructura del cómic, que implica lo visual y lo literario en la misma proporción, comporta también procedimientos únicos en la manera en que nos enfrentamos al material del cómic. El pacto silencioso entre artista y lector. La historia ocurre en nuestro pensamiento y no en un trozo de papel. 

El Caballero Luna: Los amigos imaginarios


El tomo de Colección 100% Marvel contiene los 7 primeros números de la serie original. 

Desconcertante el camino que ha tomado Brian Michael Bendis para tratar un nuevo acercamiento al personaje considerado de manera errática como el Batman de Marvel. En lugar de ceñirse a aquel misterio que rodeaba al personaje original, manteniendo el misterio sobre si realmente era un heredero de los poderes místicos de un dios egipcio o simplemente un loco, Bendis juega aquí a inventar un trastorno bipolar del todo fallido en el que introduce a algunos célebres personajes de Los Vengadores con una evidente intención comercial que ahoga el cómic en una dinámica soporífera. 

Trama detectivesca con escaso interés, por parte de un guionista que intenta abarcar muy diferentes cabeceras a través de un discutible sentido de la continuidad y la unificación. Por si fuera poco, a pesar de la originalidad del dibujo de Alex Maleev para componer la página y su diseño característico e inimitable, el resultado de su trabajo se muestra aquí fallido en ocasiones, falto de inventiva, e incluso con una narrativa torpe en varias dobles páginas incapaces de indicar con eficacia el sentido de lectura de su diseño. 

Es la enésima cabecera del Caballero Luna que fracasa, a pesar de haber apostado por él desde su nacimiento hace más de cuarenta años y contar con un potencial enorme. Vuelve a abrirse el debate sobre la incoherencia del plan editorial de Marvel en torno al personaje, en el que realiza una apuesta constante considerándolo como una importante franquicia a explotar, y sin embargo jamás se le asigna un tándem artístico de primera línea como el de las otras colecciones de la editorial. Tal vez así las cosas serían diferentes. 


Los Defensores y "Miedo Encarnado"


La edición de Panini Comics que recoge la etapa de los Defensores en el evento Miedo Encarnado incluye dos arcos argumentales: "The Deep" y "Fearsome Four", de distintos artistas. 

Como en la mayoría de los grandes eventos editoriales de los últimos años, un par de autores consiguen sacar provecho del trasfondo en sus respectivas series y, en el resto de publicaciones, que son la mayoría, dicho evento se convierte en una excusa barata para poder tratar el mismo argumento a través de todos los personajes disponibles. 

Lo que ocurre con Miedo Encarnado, el evento editorial de este año en Marvel, es una de las aportaciones al género que mayor justicia hacen a esta definición. Mientras Brian Michael Bendis se dedica a estirar todo lo posible el desarrollo de la trama a través de las colecciones de Los Vengadores y sus sucedáneos, en la periferia se entregan los personajes menos célebres de la editorial a autores de segunda fila para hilar la misma historia contada a través de otros protagonistas, con resultados que van de lo lamentable a lo desastroso. 

En un loable esfuerzo editorial por parte de Panini, que ha intentado hacer llegar a España la casi totalidad de los títulos que integraban el evento, el especial de Los Defensores concerniente a Miedo Encarnado incluye dos historias autoconclusivas a cual más intrascendente. 

En la primera, The Deep, la aventura no congrega a los defensores originales, sino que integra a Loa de los X-Men y a Lyra, hija de Hulk, para completar al grupo. El cómic está enfocado de manera apática a enfrentar a la formación con uno de los destructores que el evento ha designado para amenazar a sus héroes. Una trama del todo intrascendente. 

Fearsome Four, la otra historia que comprende el tomo, es aún menos interesante, a pesar de que haya algunas páginas firmadas por el legendario Simon Bisley, que siempre supone un portentoso aliciente para acercarse a una obra. En ella ni siquiera se hace alusión a los Defensores originales y su argumento es un auténtico desfase que no conviene ni siquiera comentar. 

Lástima de historias para una edición impecable por parte de Panini. Algunas pinceladas de la primera de las historias contiene los únicos momentos disfrutables de un cómic del todo prescindible. 

jueves, 24 de mayo de 2012

Concierto Imaginario #4



"Wagner in Concert" 
(Preludios, arias y duos) 

Son bien conocidas las dificultades de la ópera para renovar a su público y encontrar canales con los que poder llegar a nuevas generaciones de oyentes. La presencia de éstas en la cultura parece un mito, un eco lejano. Es por eso de la importancia con la que muchas orquestas sinfónicas han afrontado el reto de llevarlas a sus programas de conciertos sinfónicos. La ópera entendida no como representación y espectáculo, sino como interpretación puramente sinfónica. 

El concierto que nos propone @arredondo3 ha sido coherente con el riesgo de ese pensamiento ofreciendo un programa ambicioso de gran duración, de densidad abrumadora y compuesto exclusivamente por extractos de las obras irrepetibles de Richard Wagner. Se trata, pues, de un programa dedicado a él y a su trabajo operístico a través de piezas seleccionadas de ese suntuoso corpus que conforman algunas de las mejores obras musicales jamás escritas. 

La primera parte del concierto está dedicada a la valiente apuesta de acercar la ópera como experiencia sinfónica a las salas de conciertos. En ella se interpreta, de manera íntegra, el Preludio y Primer Acto de la ópera La Valkiria, la segunda de las óperas que componen la tetralogía de El anillo del Nibelungo. Considerada por muchos especialistas como la obra más brillante del ciclo, el primer acto propuesto supone un espléndido acercamiento a la obra completa, al ciclo del Nibelungo y una apuesta clara por la presencia de la ópera en el repertorio sinfónico. 

La segunda parte del concierto está enfocada a rescatar algunos de los momentos más memorables de otras óperas del compositor. En ella encontraremos momentos estelares extraídos de Los maestros cantores de Núremberg, de la ópera Lohengrim, de Tannhäuser y finalmente de Tristán e Isolda. Concluye con ellos un concierto que permite acercarse a la ópera a aquellos no iniciados y atesorar los grandes momentos del maestro alemán en un solo concierto para los melómanos más veteranos. Las valkirias surcan el suelo sobre nuestras cabezas. Wagner se ha apoderado de la sala de los Conciertos Imaginarios

Puedes ponerte en contacto con nosotros, proponer sugerencias y charlar de la iniciativa vía Twitter a través del hasthag #ConciertoImaginario

Enlace a Spotify para el Concierto Imaginario #4
(De "Los maestros cantores" hemos incluido el coro de peregrinos final como simple apunte) 


miércoles, 23 de mayo de 2012

Portadas chungas de la música clásica (4)



Qué título tan prometedor se gasta el fantástico clarinetista Eddy Vanoosthuyse en su último disco como solista: From Belgium With Love, nada menos. El título ya prometía. Qué menos que elaborar una portada a su altura, una fotografía para la historia. El disco trae a la luz acertadas piezas sinfónicas, algunas inéditas, con el clarinete como protagonista, pero el estilo casual que intentaron imprimar al diseño parece que ayudó a escoger la peor de las fotos de la sesión para la portada final, en la que el músico se marca una fallida sonrisa improvisada. "Con este primer plano quedará claro que soy un genio", debió pensar. 

martes, 22 de mayo de 2012

Aquaman #1 / Catwoman #1


El reinicio del Universo DC, que desembocó en lanzar nada menos que 52 series nuevas al mercado partiendo desde un glorioso número 1, fue una decisión puramente comercial amparada en el deseo de atraer a nuevos lectores. La mayoría de las series alcanzaba los 600 números y comenzar una nueva numeración parecía el aliciente definitivo para que muchos se lanzaran a coleccionar por primera vez a sus personajes favoritos. 

Ha pasado un año desde entonces, tiempo suficiente para comprobar que apenas se han enganchado nuevos consumidores del medio, nuevas generaciones de lectores. En su lugar, los lectores de mayor edad ya afianzados en el mundo del cómic son los que han aprovechado el reinicio para acercarse a personajes por los que ya sentían curiosidad pero a los que nunca habían intentado seguir. El problema de lanzar 52 series al mercado en el mismo instante de tiempo es que no hay tantos grandes artistas como para convertir cada colección en una obra imprescindible. Si tenemos el cuenta, además, el hecho de que los grandes guionistas vinculados a DC son responsables de más de una cabecera, la calidad de estos también se diluye. 

La prueba más clara de ello quizás sea Aquaman, escrita por un Geoff Johns al que se comienza a tratar como todopoderoso. En la serie del personaje marino hay hermosas aventuras pero están tratada como a las de un superhéroe cualquiera, sin identidad propia. A Ivan Reis no le importa dibujar siempre al mismo superhéroe, ya se llame Hal Jordan o Arthur Curry. El hecho de que sus tramas o sus enemigos tengan trasfondo acuático no lo vincula necesariamente con el mito del príncipe de las mareas. La decisión de Johns de desmitificar las burlas en torno al personaje considerado el patito feo de la editorial a través del humor consigue el efecto contrario al buscado: desdibujar aún más el tono del cómic y a su personaje principal. Es cierto que el guionista es famoso por edificar tramas a largo plazo, pero ¿cuántos números hay que esperar para decidir si Aquaman vale la pena realmente o no? ¿Justifica un número futuro glorioso la compra de un montón de números intrascendentes de la serie?

Otro cómic que sirve para cuestionar la filosofía del proyecto del reinicio DC es Catwoman. La serie está dibujada con brío por Guillem March, pero la historia de Judd Winick no sólo es intrascendente sino que tiene poco que ver con el espíritu del personaje. Podría haber cualquiera tras esa máscara, el cómic sólo retrata a una mujer oculta tras un disfraz, y las viñetas se llenan de sus pensamientos de una manera anodina, la maldición de la apatía narrativa que desde hace décadas castiga los cómics de algunos personajes femeninos. Resulta interesante la adición de una amiga íntima, personaje que enriquece por fin el trasfondo de una heroína plena de misterios, pero por otra parte la trama general en torno a la mafia resulta del todo manida. El cómic se termina vendiendo por la sensualidad de las formas esbozadas por March, pero queda muy alejado del perfil genial que hiciera Jeph Loeb sobre una Catwoman con auténtica alma. 

Es un motivo de celebración que DC haya reiniciado sus colecciones y eso haya servido para colocar a grandes autores al frente de nuevos proyectos editoriales, con el Batman de Snyder como mayor ejemplo. En otros casos, sin embargo, se perciben como puro relleno. Barry Allen manipuló la corriente temporal y alteró el espacio-tiempo, pero para algunos superhéroes las cosas siguen sin haber cambiado. 

lunes, 21 de mayo de 2012

Liga de la Justicia #1



La edición de ECC de JLA se corresponde con el primer número de la serie original


Desde que se empezaron a conocer los títulos y autores que formarían parte de "los nuevos 52", quedó bien claro cual era el buque insignia de la editorial, o al menos en donde confiaban obtener la mayor parte de las ventas, y esa era la serie de la Liga de la Justicia. No sólo ponían sobre el papel al equipo ideal de personajes, o al menos más conocido, dentro del catálogo del Universo DC, sino que tras las páginas unían también a las dos grandes estrellas de la editorial: Geoff Johns al guión y Jim Lee a los dibujos.

Con este equipo se presagiaba una historia de orígenes bien asentada y espectacular, y eso es exactamente lo que nos encontramos. La historia nos sitúa 5 años en el pasado respecto a la continuidad del resto de las series y nos presenta a un Batman al comienzo de su cruzada y a un Hal Jordan que no hace mucho que ha obtenido su anillo de Green Lantern, y eso se nota en su actitud. Por el camino echamos un vistazo a un Vic Stone que aún no es Cyborg y a un Superman también en sus primeros años.

Para otros números quedará la presentación de Flash, Wonder Woman y Aquaman, que completan el equipo de superhéroes por antonomasia. Mucho se ha hablado de que no pasa nada en las páginas de este cómic, pero este número se devora con gusto y deja ganas de más, algo de lo que no todas las series presentadas pueden presumir. Nos encontramos ante un relato de presentación, y los que hayan leído otros trabajos de Johns bien saben que es un autor que gusta de sentar unas buenas bases para luego desarrollar historias que no suelen defraudar, e incluso ahondan en aspectos de los personajes que otros autores pasan por alto. 

Este cómic supone la introducción idónea para los no iniciados en el Universo DC, y como tal cumple a la perfección. Pero no se queda sólo en eso, sino que entretiene de lo lindo y lo adereza con el siempre espectacular dibujo de Jim Lee, autor que comenzaría a destacar en la serie X-Men y luego desarrollaría su llamativo e influyente estilo en obras como Los Cuatro Fantásticos o WildC.A.T.s, para finalmente recalar en DC, donde ha realizado numerosos trabajos, incluyendo algunos para Batman y Superman.

Últimamente parece haber un creciente número de detractores del dibujante, pero sin embargo nunca acierto a leer una razón argumentada de esta aversión. Suele haber involucradas razones ajenas a su dibujo, como la actitud de diva que algunos le achacan, o los retrasos que ha provocado en algunas series. Otros hablan de que sus dibujos son muy similares o de la gran cantidad de imitadores que han surgido en pos de su estilo. Pero la verdad es que la calidad de su dibujo es incontestable, y encaja perfectamente en el perfil de la Liga de la Justicia: un espectacular cómic de aventuras y acción protagonizado por el equipo de héroes más imponente que se pueda encontrar.


sábado, 19 de mayo de 2012

Grandes páginas del cómic (I)


La página 32 de El Largo Halloween (Ver página completa aquí). Cómo contar una acción fundamental de la trama en una sola página, conseguir un efecto impactante y obtener la misma sensación de solemnidad con la que Batman le corta las alas a un personaje de golpe. 


La excepcional composición de Tim Sale dedica una sola viñeta a ilustrar cada acción por separado. Presentación del personaje, aparición de Batman, el vaso que cae al suelo, el héroe imponiendo su orden, y finalmente las consecuencias de la escena plasmadas en un titular de periódico.


La obra de Jeph Loeb y Tim Sale en conjunto está plagada de hallazgos de una sencillez y brillantez que convierten, a su modo, sus historias más importantes en obras maestras. Pero esta memorable página 32 se eleva por encima de todas ellas. Un ejemplo de arte secuencial que ilustra bien las inmensas posibilidades narrativas del medio.

viernes, 18 de mayo de 2012

Batman #1



La edición de ECC de Batman incluye los dos primeros números de la serie original.

Mucho y muy bien se ha venido hablando de la serie de Batman del reinicio editorial, siendo no pocas las voces que aseguran que se trata de la mejor serie del nuevo universo DC. El equipo creativo formado para la ocasión no hacía esperar nada menos. El guión corre a cargo de Scott Snyder, autor de American Vampire y que ya había demostrado su buen hacer con Batman en la etapa pre-reinicio escribiendo Detective Comics y Gates of Gotham, aunque bajo la máscara estuviese Dick Grayson en lugar de Bruce Wayne. Del dibujo se encarga Greg Capullo, que llevaba un tiempo alejado del cómic mainstream, pero su época al frente de la serie Spawn no puede ser una mejor carta de presentación.

Ante las expectativas cabría asustarse al pensar que el resultado no sea para tanto. Sin embargo al llegar a la segunda página ya tenemos que pararnos en seco para admirar el magnífico dibujo, en el que se nos presenta una llamativa y amenazadora revisión de algunos de los villanos, acompañado por una gran descripción de Gotham, y ya sabes que no estás ante un cómic del montón. Snyder sabe perfectamente que no se puede separar a Batman de su ciudad, y por eso la trata con sumo mimo, dándole tanta importancia como al justiciero. El guionista nos presenta una versión más tecnológica del Caballero Oscuro, pero sin perder nunca el necesario toque detectivesco, y lo imbuye en una trama que intriga y transmite verdadera sensación de amenaza desde el principio. El dibujo no sólo está a la altura, sino que acentúa los aciertos de la trama. No hay mayor muestra de compenetración en el equipo que el hecho de que la historia te empuje a seguir leyendo mientras que el dibujo te invite a parar para degustar cada página con tranquilidad.

La única pega es la evidente sensación de que Batman no necesitaba un reinicio. Nos encontramos supuestamente ante un Bruce Wayne que lleva aproximadamente 5 años luchando contra el crimen, y sin embargo bajo su protección ya han pasado Dick Grayson, Tim Drake y ahora su hijo Damian. En el fondo esto no es muy diferente de cualquier cambio de autores que se hubiese producido antes, aportando su punto de vista particular pero sin olvidar nada de lo sucedido anteriormente, lo que pone en evidencia que este reinicio editorial no es más que una estrategia de cara a las ventas. Sin embargo, en vistas del resultado, no seré yo el que se queje.


Batman: Ciudad Rota


Posiblemente los mejores cómics en torno a Batman son los que encuentran el perfecto equilibrio entre la sombra terrorífica que el personaje proyecta alrededor suyo y los sentimientos que verdaderamente azotan y atormentan al caballero oscuro. El conflicto entre el terror que infunde el héroe frente al que él mismo siente en su interior. 

Azzarello y Risso, la pareja creativa tras la obra 100 Balas, explotaron la estética gangster de tres al cuarto en los barrios bajos y terminaron definiendo contexto y estilo para casi cualquier cómic en el que trabajaban. (El ejemplo más evidente es su visión del Joker en la obra homónima, con el villano de Gotham City convertido en un mafioso sin otra identidad particular). Ciudad Rota está imbuida de ese estilo visual y temático tan característico, sin subestimar nunca la sorprendente capacidad narrativa de Eduardo Risso como ilustrador fundido en asombrosa sinergia con el coloreado de Patricia Mulvihill

La estética del cómic es, por tanto, tan peculiar como virtuosa, dibujado con brío, coloreado con mucha inteligencia y planificado con soberbio dinamismo. Su trama bien podría ocupar a cualquier otro detective que no fuese el hombre murciélago, en tanto que se pliega a la clásica historia de gangsters escrita por Azzarello, pero donde se desmarca el escritor es en la profunda radiografía de la personalidad de un héroe atormentado y en la exploración de unas reflexiones que convierten Ciudad Rota en una obra que deja una honda huella tras su lectura. 

El hermoso contraste entre el humor narrativo y desenfado propios del dibujo de Eduardo Risso frente a esa conmovedora historia concebida por Azzarello convierten el cómic en una experiencia que añade una dimensión preciosa hacia un mayor entendimiento del interior del caballero oscuro. Añade luz, o más oscuridades, hacia el origen y las motivaciones de un personaje ya de por sí complejo, otorgándole menos odio y más nostalgia, menos rabia y más determinación, menos egoísmo y más compromiso, menos sentido del heroísmo y mayor sensación de olvido. En su exploración definitiva del personaje, el guionista ha encontrado ese milagro de equilibrio que sólo se da en contadas ocasiones: el del cómic perfecto. 

jueves, 17 de mayo de 2012

Concierto Imaginario #3


"En el salón del trono"

Nuestro amigo @Daniel_Delisau ha programado el tercero de los Conciertos Imaginarios con un sabor puramente clásico, repleto de autores célebres y de obras grandiosas. Su sabor imperial, su aspecto de música de la realeza y el título de uno de los movimientos que se interpretarán ha invitado a titular el concierto como "El salón del trono", y es bien cierto que las obras inspiran la sensación de encontrarnos escuchando a la orquesta desde una corte real proveniente de varios siglos atrás en el pasado. 

La obertura escogida es la Obertura 1812 de Tchaikovsky, celebérrima y aplaudida por su exquisito uso de las fanfarrias y por explotar un hermoso tema central que invita al optimismo y a la celebración. Basada en la victoria del mismo año de la resistencia rusa frente a las fuerzas de Napoleón Bonaparte, la pieza contiene una brillante orquestación propia del compositor, humor, fascinación, puro romanticismo exaltado. 

Le sigue en el Concierto las dos Suites de Peer Gynt, La nº1 Op.46 y la nº2 Op.55, basado en una obra escénica compuesta por veintitrés movimientos, de los que Edvard Grieg extrajo ocho para concebir estas dos sencillas y poderosas suites, llenas de melodías memorables. La primera de las Suites, quizás más reconocida que su hermana por el gran público, se cierra con el movimiento In the hall of the mountain king, título que da nombre al programa. 

La partitura ambiciosa que se interpretará en este Concierto Imaginario es la gloriosa Sinfonía 2 en Mi menor Op.27 de Sergei Rachmaninov, una de sus mejores obras y aún apartada del repertorio frecuente en las salas de conciertos debido tal vez a que, inconscientemente, esperamos siempre un piano solista en las obras del compositor ruso. Una obra extensa, de cuatro movimientos tan densos como conmovedores, tan sólidos en su construcción como hermosamente escritos. Una obra mayor. 

Finalmente, a modo de hipotética propina para la noche, nos hemos permitido colocar la Quinta Danza Húngara de Johannes Brahms, para terminar así el Concierto con la mayor de las celebraciones. Una travesía apasionante a través de una música real, con un indudable sabor de otra época, respirando romanticismo en cada uno de sus poros. Y al salir del Teatro Imaginario nos habremos convertido en príncipes y princesas. 

Puedes ponerte en contacto con nosotros, proponer sugerencias y charlar de la iniciativa vía Twitter a través del hasthag #ConciertoImaginario

Enlace a Spotify para el Concierto Imaginario #3


Portadas chungas de la música clásica (3)


Menuda fotografía escogió Yarlung Records para la portada del disco como solista de Petteri Iivonen. Eso sí, ninguna objeción posible sobre su contenido, un repertorio clásico bien seleccionado, dignamente interpretado y excelentemente grabado. Pero su carátula... Qué elección de escenario, qué prodigio en la iluminación, qué ropajes, y por supuesto, qué expresión con la que se capta al propio violinista. ¿No puede escucharse acaso su risa imaginaria sonando cada vez que posamos la vista sobre la imagen? "Así verán lo apuesto que soy", debió pensar. 

Flash #1


La edición de Flash editada por ECC incluye los 4 primeros números de la serie original.

¿Qué sentido tiene escribir sobre un personaje que puede moverse a tal velocidad que el ojo humano no puede percibir sus heroicidades? ¿Cuántas veces podría resolver los problemas del mundo en una fracción de segundo sin que ni siquiera pudiéramos darnos cuenta? Para ello hay que pensar a la misma velocidad en términos de narración. Los segundos se dilatan, se expanden de manera casi infinita, el pasado y el futuro dejan de importar, al igual que las distancias, la cualidad laboriosa de cualquier tarea y el tiempo en sí mismo parece por fin superado. ¿Qué escribir, entonces? 

Para Flash, uno de los miembros tardíos y menos célebres de la Liga de la Justicia, el hecho de ser un apasionado por la ciencia y las labores detectivescas en la intimidad lo convierten en un ingenuo boyscout que persigue el bien en el sentido clásico de la Edad de Oro del cómic. La justicia y las personas por encima de todo. Y al ser el resto de seres humanos lo más importante, él se pone a su altura, a su concepción del tiempo y bajo los cánones de la forma de vida corriente. Las cualidades humanas de Flash son las que le convierten en un personaje sobre el que es interesante escribir, no por sus superpoderes.

Puede que no exista cómic hecho con mayor pasión que este en en la época actual. Quizás gran culpa de ello la tenga el hecho de que está co-escrito por el mismo dibujante y colorista implicados en el proyecto, Francis Manapul y Brian Buccellato, lo que ha generado en la obra una absoluta libertad y frescura para asumir riesgos y encontrar unos apasionantes hallazgos narrativos en cada página que no parezcan tener parangón. 

Efectos de sonido que se integran en el propio dibujo. La página grita, tiene voz. Viñetas que se pliegan a la manera de ver el mundo a la velocidad del superhéroe. Es la historia la que marca el ritmo y no el lector. La página se mueve, tiene vida. Me gusta su corbata, dice un personaje en una viñeta, y nuestros ojos vuelven atrás, a contemplar el diseño, a deleitarse con la composición y con sus variados descubrimientos. La página se vuelve sobre ti, te rodea, te toca el hombro y pide toda tu atención. 

Así debería ser todo número 1 que nazca con la intención de generar un auténtico amor por el medio, así debería ser todo relanzamiento de personaje. La apasionante aventura del descubrimiento.

sábado, 12 de mayo de 2012

Portadas chungas de la música clásica (2)


Hoy tenemos un interesante registro distribuido por Diverdi con música para flauta española del siglo XX. D'Aniello y Giottoli como solistas. "Dedicatoria", lleva por nombre el álbum, que entra a formar parte por derecho propi de las Portadas chungas de la música clásica. Un diseño que parece hecho a conciencia para no vender ni un solo ejemplar. "Este es nuestro mejor perfil", debieron pensar. 

viernes, 11 de mayo de 2012

5 Ronin, de Peter Milligan


En el mundo del cómic, Peter Milligan siempre ha sido uno de esos guionistas controvertidos, a los que el lector adora o del que reniega por completo según el gusto personal. Lo que sí es cierto es que sus espectaculares premisas siempre están muy por encima del resultado final de sus obras, al llenarlo todo de falsa complejidad, de obligada introspección psicológica cuando quizás no deba haberla o de aletargar el desarrollo de una manera poco disfrutable, lo que suele dejar un sabor agridulce en su lectura. 

No ocurre diferente aquí, en 5 Ronin. La idea de partida es soberbia, tratando un material muy influido por el gusto cinéfilo de Milligan en torno a las películas de samuráis dirigidas por Akira Kurosawa (el cómic tiene el sabor especialmente de Yojimbo y Los siete samuráis), y transporta a cinco personajes de Marvel al Japón feudal y construye una historia en torno a ellos. 

El relato parece fragmentado en su comienzo, como si las cinco historias fuesen independientes. Milligan comienza a entrelazar a los personajes en los últimos números, y finalmente nos encontramos con un tímido intento de unirlos a todos en una resolución coral pero de intenciones demasiado contenidas, como si las pretensiones psicológicas del cómic impidieran al material resolverse mediante un conflicto realmente intenso. Para el autor, pues, pareciera que la intensidad de lo relatado y la profundidad del desarrollo de personajes son conceptos incompatibles. 

Esta es quizás la falla que convierte a 5 Ronin en un cómic aceptable, pero muy alejado de la obra maestra que podría haber sido. La obra está dignamente dibujada en cada capítulo por un ilustrador diferente, aunque la coherencia global no se vea resentida. No se trata de un cómic fallido, pero da mucha pena volver la vista hacia él y pensar en la gran historia que podría haber sido en realidad. 


Concierto Imaginario #2


"A little Fairy Tale"

El segundo de los Conciertos Imaginarios es ligeramente más breve de lo que comporta un habitual programa sinfónico, y está estructurado en base a cómo las tres obras seleccionadas parecen relatar una bonita historia imaginaria. Las cualidades descriptivas de esta música son fácilmente reconocibles al contar con tres compositores vinculados a la música para el cine. 

La nacionalidad británica de dos de los músicos ha invitado al título inglés del programa, "A little Fairy Tale" ("Un pequeño cuento de hadas"), con el deseo de encontrar en sus piezas un todo continuo que conduzca a la experiencia de tintes mágicos que se pretende sugerir. 

Comienza el concierto con el Theme and Variations, Op.42 de Erich Wolfgang Korngold, que sirven aquí a modo de entrañable obertura. En ellas el compositor se sirve de una sencilla melodía para establecer, a través de todo tipo de juegos sonoros, una suntuosa relación entre sus nobles habilidades para la orquestación con el tratamiento melódico y rítmico del material original que expone en los primeros compases, y que luego irá desarrollando. 

El Concerto Incantanto es la segunda pieza escogida, un peculiar concierto para flauta dulce y orquesta en cinco movimientos escritos por Richard Harvey. El músico reconoció en los días cercanos al estreno de la obra que había intentado componer un concierto "para la generación de Harry Potter", lo que explica de una manera sencilla cómo concibió una obra lo más accesible posible para las nuevas generaciones. El Concerto Incantanto cuenta con un material absorbente, que consigue crear una atmósfera onírica, llena de sugerentes y poderosas evocaciones. Es este el auténtico corazón del concierto. 

Para cerrar, una obra que termina llevando el programa a los límites de la abstracción, sin llegar nunca a sobrepasarla pero mucho más alejada del estilo evidentemente descriptivo del resto. En la Sinfonía 8, Op.124 de Malcom Arnold, el compositor nos propone un juego continuo, como si estuviese contando, a su manera, una aventura en miniatura. Tal y como si estuviese narrando una emocionante historia, los tres movimientos se suceden a través de tracerías orquestales y paisajes sonoros de diversos tonos y colores. Sus temas nacen y se diluyen, la música parece fluctuar en la búsqueda de una coherencia discursiva que permanece siempre esquiva. 

El compositor de la banda sonora para la película 'El puente sobre el Río Kwai' parece homenajear de manera divertida a Shostakovich en el primer movimiento, entrega un hermoso y glorioso segundo movimiento que nos empuja a escuchar con atención, pues contiene un mensaje mucho más hermoso de lo que parece en una primera escucha. El tercer movimiento compensa la sinfonía y es el lugar donde Arnold parece estar más cómodo, cuando desvela las intenciones del juego continuo y se entrega a una juguetona melodía con la que trabaja en pequeñas células y variaciones tímbricas. 

Así termina el segundo Concierto Imaginario, un viaje a través del bosque, una aventura sonora llena de tonalidades sugerentes. En el universo de sonidos de estas tres obras, aparentemente desvinculadas, aparece aquella magia que se nos niega en el mundo real. 

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jueves, 10 de mayo de 2012

X-Men: Cisma


La edición española de Cisma contiene tanto X-Men: Prelude to Schism como X-Men: Schism. 

Espectacular historia situada en el mismo corazón de la Patrulla X y cuya resolución tiene consecuencias radicales para el futuro del grupo, que termina dividido en dos facciones tal y como anunciaba la serie en su generosa estrategia de promoción.  La prensa especializada tildó el evento de "El Civil War de los mutantes", y es una síntesis quizás demasiado ligera pero que puede dar una idea de las dimensiones de lo acontecido. 

No es este un cómic lleno de grandes batallas entre los compañeros de la Patrulla, si bien es imposible no hacer referencia al antológico combate que promete la más célebre portada de la serie y que sí tiene un lugar destacado entre sus páginas. Se trata más bien de un combate de dialéctica y pensamiento, de introspección y de profunda carga emocional. Una fabulosa reflexión sobre cuáles son los orígenes y motivaciones originales del grupo. 

El Preludio a Cisma está escrito por Paul Jenkins y está imbuido por ese tono reflexivo, girando en torno a la figura de Cíclope y a sus responsabilidades como líder. El soberbio guión muestra el mismo momento en el tiempo bajo la mirada de diferentes personajes, enriqueciendo la trama de una manera sublime. El evento Cisma, sin embargo, está escrito por Jason Aaron y más centrado en la resolución de conflictos y en la pura acción. Las dos obras están también dibujadas por ilustradores diferentes. 

Lo que convierte en especial a este cómic no es que suponga el punto de inflexión como gran evento editorial dentro de Marvel, pues el argumento que aquí se expone da lugar al comienzo de dos colecciones diferentes de la Patrulla X, en la que cada una seguirá los pasos de uno de los dos bandos resultantes del conflicto. Lo que la hace soberbia es que consiga funcionar por separado, como una aventura épica en sí misma, un momento importante en la historia de los mutantes escrito con brillantez. 

Dos guiones que se compensan de la mano de dos grandes creadores. Un Preludio conmovedor, cargado de no pocos diálogos que invitan a la reflexión en torno al uso de éstos en el medio tanto como en torno a estos mismos personajes, y un Desenlace épico y frenético que satisface a esa otra parte nuestra como lectores: la Patrulla X es interesante porque engloba a personalidades muy diferentes en torno a un objetivo común. Si Cíclope, el líder, intenta resolver el conflicto en torno a las virtudes de la razón, Lobezno encarna el lado impulsivo y la reacción emocional. Cisma hace primero las paces con Cíclope y también las termina haciendo, a su manera, con nuestro Lobezno interior. 


Portadas chungas de la música clásica (1)


Ya debe tener mérito importante una portada que provoca la creación de una nueva sección. Para celebrar la llegada de Las portadas chungas de la música clásica, qué mejor que inaugurar con una fotografía inmejorable, una postura de auténtico divo. Friedrich Kleinhapl con los Conciertos para Violoncello de Nino Rota y la Suite del Gatopardo. "Así sabrán que soy un crack", debió pensar. 

martes, 8 de mayo de 2012

Thor: En Busca de los Dioses


Este tomo contiene Thor vol. 2, 1-12 y Peter Parker: Spider-Man vol. 2, 2 USA 

Problablemente Thor sea uno de los personajes sobre los que más difícil sea escribir. Superman es un extraterrestre con una fe inquebrantable en ser humano, y ante ese concepto la literatura parece dispararse por sí sola. Sin embargo, Thor es un dios. ¿Qué puede interesarle a un dios? El equilibrio para concebir historias interesantes para este personaje es mucho más delicado de lo que pueda parecer, de ahí la gran cantidad de cómics fallidos en torno a la figura de este vengador por encima del resto. 

Dos aproximaciones han triunfado con el paso del tiempo, con matices muy diferentes entre sí. Una, la del dios solitario y reflexivo, la del personaje introvertido resguardado dentro de sí mismo y de sus pensamientos, que sólo actúa cuando tiene que resolver problemas y que se comunica más bien poco. Y la otra, diametralmente opuesta y explotada aquí por Dan Jurgens, es la del torrente de acciones heroicas pasadas por la verborrea cervantina de un personaje que habla con una prosa cercana al lenguaje de la edad media. Es decir, un personaje noble y poderoso filtrado a través del humor, cuyas buenas intenciones siempre se saldan a golpe de martillo. 

Y así se resuelven todas las grandes tramas de este interesante volumen, a golpe de martillo y siempre con la perfecta rúbrica de un señor encantado de haberse conocido. Es quizás la aproximación a Thor más disfrutable posible, en tanto que también es la única forma de hacerlo más accesible, más humano, más cercano. No es casualidad que una de las apariciones estelares en uno de los números que componen la serie sea la de Namor, un personaje cuyas poderosas cualidades y manera de expresarse lo emparentan con Thor mucho más de lo que pueda parecer en un principio. Aquí las frases bárbaras están sin embargo monopolizadas por el dios del trueno, protagonista absoluto. 

El trabajo de Romita Jr. es uno de los más espectaculares que haya firmado el dibujante en su carrera, con una imaginativa desbordante. El cómic se devora con rapidez y mucho entusiasmo gracias en gran parte a sus ilustraciones, que lo convierten en pura diversión. El tomo no es autoconclusivo, pues la etapa de Jurgens con el personaje es bien larga y aún falta por editarse en este formato de bolsillo la que se conoce como lo mejor jamás escrito por el guionista. Bienvenida sea tan gozosa reedición. 


lunes, 7 de mayo de 2012

Calígula, de David Lapham y German Nobile


Abundan hoy los cómics que se sirven de la perspectiva histórica para reescribirla a través de la ficción. El formato ha encontrado un nuevo filón: el cómic no sólo puede servir como ventana a la revisitación histórica y al conocimiento de una manera diferente y amena, sino que puede usar ese material para retorcerlo y modificarlo a su gusto tal como haría el cine o la literatura.

Es una idea antigua, nada nuevo bajo el sol, sólo que los nuevos públicos parecen más permeables a este tipo de estrategia que en décadas posteriores. El problema del guión de David Lapham para su visión de Calígula es que la historia está supeditada a la más deleznable colección de barbaridades en cada página y abandona su desarrollo a una más que previsible concatenación de acontecimientos. 

Lapham presenta al personaje como una auténtica encarnación del demonio, atribuyéndole unas cualidades ajenas a lo humano y cercanas a lo diabólico. Su montura, el famoso Incitatus, es también una criatura de pesadilla llena de oscuras intenciones. El relato se nos muestra a través de un joven que desea vengar el asesinato de su familia a manos del terrible Emperador, por lo que se infiltra en el palacio y termina convertido en el siervo más fiel de Calígula

El relato se sigue de manera muy fluida gracias a la pluma ágil de su guionista y al soberbio y sugerente dibujo de German Nobile, provisto de no pocas innovaciones en lo técnico, con resultados preciosistas. El festín visual está servido, pero por desgracia la estética está siempre al servicio de lo que parece el único reclamo de la obra: que cada página contenga un elemento más macabro que la anterior, ya sean mutilaciones, violaciones u otras desagradables actividades que Calígula ejecuta como un divertimento. 

Revisitación histórica, revisión del personaje, demonización de un personaje ya demonizado. El descubrimiento de German Nobile vale la pena, pero por desgracia la verdadera atrocidad del cómic es que la historia del Emperador resulta del todo prescindible. 


domingo, 6 de mayo de 2012

Susanna Phillips: Paysages


Hermosísimo debut como solista de la soprano Susanna Phillips, que escoge para su primer disco una arriesgada selección de piezas de un programa completamente francés. El resultado es delicioso, gracias a una interpretación matizada y contenida, en la que los alardes de voz vienen de su control, del conocimiento de las piezas y de los matices de entonación para cada fragmento. Consigue así una coherencia que se extiende no sólo a través de los movimientos de las obras, sino que genera un disco absolutamente redondo. 

El generoso CD comienza con las Ariettes Oubliees de Debussy, del que se nota la dulce escritura pianística gracias a una Myra Huang que acompaña en el instrumento a una cantante con la que parece sintonizar a la perfección en espíritu y ejecución. Las ariettes son todo un ejercicio de dificultad para la soprano, compuesta de múltiples registros que Susanna parece dominar y sintetizar hasta convertir la obra en una diminuta y accesible colección de piezas.

El momento central del disco lo compone el poco accesible Poemes Pour Mi, de Olivier Messiaen, compuesto por diez fragmentos de tensa construcción. La elección de esta obra para su programa habla del riesgo de la soprano y de su deseo de no encasillar su trabajo como algo anodino en el repertorio tradicional. Susanna Phillips demuestra huir de la simple operación de marketing en un programa tan valiente como de dificultades técnicas apreciables. 

La escucha de las Ariettes Oubliees y de los Poemes Pour Mi no dan como resultado un disco demasiado apetecible como escucha que complemente otras actividades del oyente, sino como un ejercicio de escucha atenta y animada. Sin embargo, a modo de dulce regalo se incluyen cuatro piezas compuestas por Gabriel Fauré que son la auténtica delicia del disco, y en el que la soprano despliega todas sus encantadoras virtudes con mayor comodidad. Les Roses D'Ispahan o Apres un Rèvê suponen un verdadero placer para la escucha. 

Riesgo y acierto, programa ambicioso y bien estudiado para un disco lleno de virtudes. Uno de los mejores discos de música de cámara de la pasada temporada, de la mano de una prometedora artista que busca con sabiduría nuevos caminos en los que ubicarse. 


sábado, 5 de mayo de 2012

Concierto Imaginario #1



"Historias de la Antigua Grecia"


De una manera inocente y a modo de curiosidad, le pedí a Mikel Chamizo que propusiera un concierto imaginario, como si fuese el encargado de la dirección artística de una importante orquesta. No habían pasado ni cinco minutos de mi invitación cuando Mikel se entusiasmó con la idea y convertimos aquello en lo que promete ser una preciosa tradición que deberá continuarse cada viernes. 

El primero de los Conciertos Imaginarios que propuso el propio Mikel ha llevado el hermoso subtítulo de "Historias de la Antigua Grecia", en la que nuestro amigo ha puesto su sabiduría y gusto exquisito al servicio de un programa lleno de coherencia y de sugerentes melodías. 

La obertura escogida para el Concierto fue The Wasps (Las avispas), de Ralph Vaughan Williams, la obra de 1909 basada en una comedia escrita por Aristófanes en el año 422 a.C., que tomaba su nombre del coro que componía la obra, formado por miembros de los tribunales atenienses con avispas armadas de aguijón. 

Le sigue el Concierto para Saxofón nº3 Op.168 de Dimitri Nicolau, una interesante obra del compositor griego escrita para saxofón soprano y orquesta que se inicia con una larga cadencia en solitario del instrumento, del que se extraen aquí sorprendentes sonoridades. 

Y por fin, la gran obra del Concierto: la versión íntegra del ballet Daphnis et Chloé de Maurice Ravel, o sinfonía coreográfica, subtítulo que prefería el compositor francés para su suntuosa, sensual y maravillosamente orquestada obra. Mikel escoge acertadamente la versión de referencia dirigida por Pierre Monteux, quien fue el director encargado del estreno de la propia sinfonía. 

Por último queda propuesto un hipotético encore, propina de la noche en caso de que el Concierto programado fuese un éxito: el Scherzo Macabre perteneciente a la banda sonora de Jasón y los Argonautas, un divertido epílogo para un concierto diseñado con inmejorable criterio, indudable pasión y que además cuenta con una interpretación de absoluta referencia discográfica. Un auténtico placer, ¡Gracias Mikel! 

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X-Men: Del primero al último



El presente arco argumental corresponde a X-Men Giant-Size #1 USA y a X-Men Vol. 2 #12-15 USA, publicados en España como X-Men Vol. 4, números del 11 al 13. 

Christopher Yost ha luchado por hacerse un hueco entre los grandes autores del universo mutante a través de una historia grandilocuente en la que juega con pinceladas de originalidad mezcladas con los elementos argumentales clásicos del trasfondo de la mitología con la que se enfrenta. 

En este arco argumental se presenta a Los Evolucionadores, unas entidades que se encargan de vigilar que la raza más evolucionada de cada planeta sea la que sobreviva y avance en su estilo de vida, lo que viene a unirse al eterno planteamiento de evitar que el ser humano desemboque sus temores en torno a destruir a los mutantes. El guionista Yost plantea la posibilidad de unos acontecimientos que tienen lugar en el pasado del grupo heróico y que sus personajes parecen haber olvidado. 

Esto genera que la historia se divida en dos espacios temporales que se van sucediendo en la historia. Uno, correspondiente a la etapa presente del grupo, y otro que vuelve la vista a los inicios de la Patrulla-X, a sus primeros miembros fundadores y a un Magneto centrado aún en la lucha contra ellos. La sugerente propuesta deriva en lo que se convierte a la postre como el mayor aliciente del cómic: dibujo, entintado y color hechos por autores diferentes para separar ambas épocas también en el planteamiento estético. 

El problema de la trama de Los Evolucionadores, si uno aparta la vista del excelente y preciosista diseño de los cinco números que componen este arco, es que permanece siempre más pendiente de hacer posible el original evento en sí que en sus posibilidades de un desarrollo sorprendente. La trama se diluye conforme avanza y sus decisiones de resolución son cada vez menos interesantes que la anterior. 

Una oportunidad de recrearse con las ocurrencias de un Christopher Yost que aquí se excede un poco en sus revoluciones de grandilocuencia, y un bonito festín visual que deja con ganas de más historias acerca de estos misteriosos Evolucionadores que pasean por el universo desprestigiando a Darwin


jueves, 3 de mayo de 2012

Batman: el caballero de la venganza


Volvemos a hablar de Flashpoint y cómo no, de Batman, para acercarnos al tie-in protagonizado por este personaje, que recibe como título El caballero de la venganza. Dentro de la gran distopía que supone Flashpoint, nos encontramos con que el manto del murciélago recae sobre los hombros de Thomas Wayne, ya que en este universo Bruce murió durante el icónico atraco tras la proyección de The Mark of Zorro. Por suerte para los seguidores del caballero oscuro nos encontramos ante el caso opuesto al  de Project Superman.

El equipo creativo formado por Brian Azzarello y Eduardo Risso, responsables de la reconocida 100 Balas y que ya habían escrito sobre Batman en obras como Ciudad Rota, nos trae una historia con entidad propia, aprovechando el suculento punto de partida para desarrollar una trama alejada de la línea central del macro-evento. En menos de 70 páginas consiguen explotar la propuesta de este elseworld con espacio para guiños e interesantes revisiones de algunos personajes, manteniendo el ritmo hasta un último número ejemplar, donde se nos presenta a un Batman atormentado por una tragedia aún mayor que la que todos conocemos.

La capacidad como guionista de Azzarello ha quedado de sobra demostrada en obras como la comentada 100 Balas, Joker y de forma más irregular en Superman: por el mañana. Es por ello que su sola presencia en obras como el Wonder Woman del reinicio de DC y la temible precuela de Watchmen son motivo de alegría e interés. Respecto al dibujo de  Eduardo Risso destacaría algunos recursos visuales realmente acertados, con esa burbujas que se convierten en perlas como un buen ejemplo, y el acertado enfoque de los Flashbacks con el uso de tonos grises rotos sólo por el rojo, al igual que ya hiciera Brian Bolland en la reedición de La broma asesina. Como única pega le pondría el dibujo de los rostros, que en ocasiones parecen pertenecer a personajes diferentes.

Es realmente loable el hecho de que al terminar de leer este cómic tengas ganas de releerlo sobre la marcha y aún sigas descubriendo detalles que pasan por alto en una primera lectura. Es por eso que no dudo en asegurar que nos encontramos ante lo mejor que ha dado de si el evento Flashpoint, y no me extrañaría nada ver esta obra publicada en edición de tapa dura, entre los esenciales del héroe de Gotham.